Ya la luz vespertina va asomando poco a poco los coletazos del verano... Me pongo a escribir un poquito...Ojalá me sirva esto para volver a ver un poco de claridad en toda esta incertidumbre de la "nueva normalidad", o mejor, "realidad distorsionda", porque ya está a la vuelta de la esquina el nuevo año escolar y académico, y todavía hay muchas incertidumbres.
Hago un a lista de puntos de reflexión de lo que ha significado este verano 2020 para mí:
1. saber renunciar
Lo primero fue pensar en ¿qué hacemos este verano? El mes de junio dio inicio al final del curso escolar y, según mi opinión, de su "No DAD" (aquí en Italia se le ha denominado Didattica a distanza al aprendizaje en línea). Mis hijos estaban deseando acabar, la mayor nunca había expresado tan claramente su hartazgo del colegio.
Decidimos (mi pareja y yo) que lo mejor para los niños era tener contacto social con sus coetáneos y, sobre todo, actividad física al aire libre.
Por suerte, la asociación de básquet de nuestra ciudad se puso en marcha para organizar con todas las medidas de seguridad antiCovid el Campus de verano. En ese momento sabíamos que corríamos el riesgo de que, por más que se empeñaran en cumplir con las normativas, de contagiarnos igualmente, sin embargo, nos arriesgamos por salud mental para todo nuestro núcleo familiar e inscribimos a Enea y a Ambra a 4 semanas.
Durante ese mes vimos una organización ejemplar por parte de la asociación de deporte, con sus más y menos, pero no se puede negar el compromiso de todos para que funcionara. No quiero dejar de lado que hubo un relajamiento en algunos aspectos, como fue el comportamiento general de todos, creo debido a las datos que esperanzadores del número de contagios que salían en los medios de comunicación.
¿Dónde o cuándo renunciamos? Ahora voy, en principio habíamos decidido ir a ver a mis padres a finales de julio y pasar unos días como cada año en la playa, en un camping...Pues, lamentablemente los datos de los contagios en España no eran muy alentadores, y además, porque no sabíamos cómo se iba a empezar el cole en septiembre. Fue un momento de muchas dudas. Así que con mucho dolor, pena y frustración decidimos que este año no íbamos. Momento de la renuncia.
2. mirar hacia otro horizonte
Improvisamos unos días de vacaciones en la montaña, en Valle D'Aosta para reposar y sacarnos un poco el estrés que habíamos acumulado. Estuvimos con unos amigos que conocen muy bien la zona. La compañía es lo mejor en estos momentos para desintoxicarse de todo. Siempre nos hemos preocupado por crear grupos burbuja con nuestros amigos y familiares.
Al final de estos 4 días, nos dijimos que por qué no repetir y volver una semana entera para pasear y descubrir un poco mejor estos parajes. Así lo hicimos. A mediados de agosto estuvimos una semana en la que nos dedicamos a pasear, jugar a cartas, conversar y a tomar aperitivos...
¿Por qué mirar hacia otro horizonte? Pues, porque en mi imaginario personal el verano tiene un fondo de playa, sol y arena. No me acuerdo haber pasado antes un verano solo de montaña y pasar frío en agosto. Por eso, este verano me ha servido para reencontrarme con una de mis actividades de juventud que había dejado: el senderismo. Esto me ha sentado muy bien y satisfecha de mis vacaciones... Me doy cuenta de que hablo desde una perspectiva privilegiada, todo esto me ha hecho equilibrar mis necesidades y las prioridades, de lo que son las vacaciones y cómo aprovechar el tiempo de vacaciones con una cotidianidad diferente. Este blog lo he convertido en una especie de diario de esta experiencia.
3. observar las pequeñas cosas
He aprovechado durante este verano a observar mejor a mis hijos, a fijarme en sus expresiones, a tener una escucha activa.
Por ejemplo, a Ambra le gusta levantarse sin prisas, no le gusta hablar por la mañana y tiene su rito en la elección de su desayuno. Le encanta pasar tiempo sola, se ha devorado no sé cuántos libros este verano...Sobre todo, de Fantasy. Ha aprendido a exponer su objeción a nuestros comentarios y ha descubierto el rock de los '90 como Nirvana y Green Day. No ve los deberes de verano como verdaderos deberes, son actividades para pasar el tiempo libre, y eso me encanta, aprende por curiosidad y no por obligación. Cuando esta en su habitación casi siempre está con los cascos puestos...Por cierto, quiere dedicarse a la fotografía, le hemos regalado un curso básico online. En cuestión de comida, está probando más verduras y fruta; por último, sabemos que no le gustan los grupos grandes y se siente cómoda con relaciones de tú a tú, pero ha dado un paso enorme gracias a mi amiga Francesca que la invitó a pasar unos días con ellos. Allí se introdujo en una pequeña colla con la que pasaba el casi todo el día. Es decir, descubrió la autonomía social.
Enea es dormilón pero se levanta muy activo. Hace preguntas con una lógica que nos deja sin palabras...Está en el mejor momento del extrañamiento infantil. Le encanta Álvaro Soler. Dibuja muy bien pero le cuesta empezar, es decir, necesita un estímulo concreto; creo porque lo ve como un esfuerzo, y como él tiende a ser más apresurado dibujar lo ve, al principio, como algo tedioso. Además, dice que es difícil. Sin embargo, en cuanto ve un pequeño progreso se le pasan las horas ajeno a todo lo demás.
Come y come...de todo. Eso sí, justo lo que no le gusta le encanta a su hermana. Hemos dejado de darle leche y la hemos sustituido por bebida de soja. Ha leído un montón de cómics de la Disney, aquí son "Topolino". Tiene una enorme memoria y ha adquirido un dominio del léxico impresionante. Los deberes, los ve como deberes, por eso es reacio a hacer algunas actividades de verano que le han aconsejado en el colegio. Tiene una gran imaginación y le encanta hablar.
4. adoptar otro ritmo y aprovechar el tiempo
¿Qué son las vacaciones? En italiano hay dos términos para diferenciar dos aspectos: ferie-vacanze. Le ferie son los días que acumulas por horas o días trabajados, en cambio, le vacanze son los días que te vas de vacaciones, es decir, que te vas de tu casa a otro lado. Es curioso ¿verdad? A mí me lo parece, porque los días de vacaciones que paso en casa también son vacaciones para mí. Desde hace años he aprendido a disfrutarlos.
Este año más que nunca, he tenido que distribuir los días de vacaciones de diferente manera: un poco trabajando y un poco de "verdaderas vacaciones". Esto me llevó a la pregunta ¿qué haces cuando estás de vacaciones? ¿desconectas totalmente de tu trabajo? ¿qué lees?
Yo por ejemplo intento alternar novelas con lecturas de temas de mi trabajo que no he podido leer durante el resto del año. También, me dedico a proyectos relacionados con mi trabajo, que puedo hacer solo en este periodo del año. Esto significa que mi día a día lo organizo de modo esquemático pero más flexible según mis energías, estado físico o de ánimo, lo que no puedo durante el curso.
Este verano me he dado cuenta que mi productividad en algunos momentos era más efectiva por la tarde. Me ha costado mucho levantarme por la mañana. En cambio desde hace una semana, me he propuesto levantarme temprano y dar un paseo de unos 40 minutos.
Lo que aún me cuesta es hacerme a la idea de que no puedo programar a largo plazo.
Se dice que el año, en realidad, empieza en septiembre para el hemisferio norte...Yo todavía no he hecho mi lista de cosas por hacer, revisaré mis apuntes y la hago.
Para acabar, se ha hablado mucho de cambio de estilo de vida, de aprovechar las nuevas oportunidades que se nos han puesto por delante con esta pandemia ¿tú que has hecho? ¿cómo te has amoldado a esto? ¿has cambiado de ritmo? ¿has renunciado algo? ¿cuáles son tus nuevos propósitos?
¿Unos días en el Valle de Aosta?
ResponderEliminarMira que yo, siguiendo consejo de Mikel, estoy leyendo una novela de Antonio Manzini (no sé si te suena la serie Rocco Schiavone).
¡Hola, Iñaki! Como siempre un gusto ver tus comentarios por aquí. Pues, no lo conozco porque desde hace unos 9 años que estamos en blackout televisivo...Ahora tomo nota de la novela. Gracias por estar aquí. Un abrazo.
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